Errores frecuentes en la escritura de textos académicos
- On abril 6, 2015
- calidad editorial, Corrección de estilo, Edición de revistas, Normas APA
La escritura de textos académicos presenta una doble dificultad al momento de su escritura, pues no solo debe cumplir con una rigurosidad académica, sino que debe ser clara para el lector. Es por esta razón, precisamente, que la forma en la cual se presentan los hallazgos se convierte en algo tan importante como el contenido mismo de la investigación. No obstante, en muchas ocasiones es este aspecto, el de la escritura, el más difícil para el autor. Además de los problemas comunes que presentan la ortografía y la gramática del español, existen otros errores más generales que puede tener en cuenta el autor y evitarlos fácilmente:
– Dequeísmo: después de que se extendiera el error de usar “de que” cuando únicamente era necesario un “que”, la reacción general fue erradicar la preposición, aun cuando su uso fuera correcto. Es tan grave un error como el otro. Sin embargo, resulta sencillo diferenciar cuándo debe usarse el “de” y cuándo no, con solo transformar la frase en una pregunta y verificar si debe o no existir esta preposición. Ejemplo: “¿De qué estoy seguro? Estoy seguro de que…”, “¿Qué pienso? Pienso que…”.
– Conectores: es importante usar correctamente los conectores después de un punto, pues son estos los que le dan continuidad a la lectura. Aunque no siempre sea necesario comenzar una nueva frase con uno de ellos, sí pueden ser muy útiles para indicar si el nuevo enunciado es continuación del anterior (además, del mismo modo), lo contradice (por el contrario, sin embargo) o hace referencia a un tema completamente nuevo (por otra parte), entre muchas otras posibilidades.
– Muletillas: este es, quizá, el error más frecuente entre los escritores y el más difícil de detectar por ellos mismos. Generalmente, cada autor tiene una palabra, expresión o frase que repite constante e inconscientemente. En este caso, siempre es importante pedir la ayuda de un tercero que logre descubrir cuál es esa muletilla que debe suprimirse o reemplazarse dentro del texto. No obstante, una relectura cuidadosa por parte del autor puede ayudar a evitarlas y a corregir, además, la repetición constante de otras palabras.
– Citación de textos: uno de los aspectos fundamentales tanto por forma como por contenido es la correcta citación de textos consultados, tanto propios como ajenos. El simple uso de comillas y una referencia clara al texto original, de acuerdo con las normas escogidas o exigidas (APA, Icontec, Chicago, etc.), no solo demuestran el respeto por los otros autores, sino que pueden ahorrar muchos problemas, incluso de índole legal.
– Bibliografía: en relación con el punto anterior, una correcta elaboración de la bibliografía es clave para orientar al lector hacia otros textos que se han publicado sobre el mismo tema y que fueron de utilidad para la investigación que se presenta. Aunque existe una gran variedad de normas para la elaboración de la bibliografía, casi todas ellas coinciden en la información que deben contener estas referencias (autor, título, editorial, lugar de publicación y fecha), ordenada según dicte la norma.
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