Métricas fraudulentas y las revistas iberoamericanas. Entrevista a Rafael Repiso
- On octubre 18, 2015
- acceso abierto, calidad editorial, Edición de revistas, editor científico, Factor de impacto, open access, revistas académicas, revistas científicas, revistas depredadoras
Quisimos entrevistar a Rafael Repiso para que nos hablara de los sistemas de medición fraudulentos, conocer su opinión sobre el futuro de las revistas y los peligros que deben afrontar los editores. Rafael Repiso es profesor de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), miembro del grupo de investigación EC3 y socio fundador de la Spin Off de evaluación científica EC3metrics. También es co-editor de la Revista Comunicar (Web of Science) y asesor de las revistas Icono14 y Archivo Iberoamericano.
Heiner- Recientemente publicaste un artículo breve en el blog de EC3Metrics en el que mostraste un listado de falsos sistemas de medición que ofrecen a las revistas cifras de factor de impacto a cambio de dinero. Inicias diciendo lo siguiente: “Los sistemas fraudulentos de evaluación de revistas son un fenómeno secundario, derivados en gran medida de la necesidad de acreditación de las revistas fraudulentas y del vacío existente para evaluar revistas de segundo orden más allá de las bases de datos de Thomson Reuters o Elsevier, y que por tanto también están necesitadas de acreditaciones externas”. Me gustaría que nos comentaras: ¿qué son estas revistas de segundo orden? ¿Cuáles son sus características? ¿Cómo diferenciarlas de las depredadoras?
Rafael- Yo llamo revistas de segundo orden a aquellas que aunque tienen un fuerte compromiso con la investigación científica no están en la élite de esas revistas que lideran los campos científicos. Bradford demostró, de forma similar a la ley de Pareto, que en ciencias existe un núcleo de revistas que representan el 20% de la población total que reciben el 80% de las citas. Esta élite de revistas es lo que Eugene Garfield quiso reunir en Web of Science, y lo que actualmente se llama Web of Science Core Collection, esto es las bases de datos Science Citation Index, Social Science Citation Index y Arts & Humanities Citation Index. Estas revistas tienen entre otras muchas ventajas el estar auditadas por un ente de reconocido prestigio de forma periódica a través de indicadores de impacto.
Por tanto, recapitulando, cuando hablo de revistas de segundo orden me refiero a aquellas revistas que no se encuentran en Web of Science o su rival Scopus. Y ¿sabe lo que es más grave? Estas revistas representan el 80% de los trabajos de los investigadores y en Iberoamérica aún más, y a la mayoría de gobiernos les da igual esto, sólo se interesan por los trabajos publicados en las revistas de “impacto”.
¿Cuáles son las características de estas revistas de segundo orden?
- No son económicamente rentables.
- En la gran mayoría de los casos sus procesos no están profesionalizados.
- La carga del trabajo la soporta el staff de académicos, que tienen que realizar trabajos que no les corresponderían, desde la maquetación al envío postal de las revistas.
- Se soportan gracias al voluntarismo de sus miembros, en muy pocos casos los trabajadores cobran por su trabajo.
- Se crean bajo el auspicio de:
- Asociaciones pequeñas
- Grupos de Investigación.
- Universidades de segundo orden.
- Un académico. Revistas Personalistas.
Esto no significa que sean peores revistas, de hecho el principal proceso de validez de una revista son los procesos evaluativos a los que someten a los artículos, y en este caso pueden ser iguales o incluso superiores. Ya que el factor económico no les influye. Lo que sí significan es que parten en una posición de desventaja, ya que cuentan con menos recursos, lo que se traduce en la inexistencia o uso de sistemas obsoletos de gestión de manuscritos, carencia de herramientas informáticas, periodicidades mayores o una producción reducida de artículos.
H- Estas revistas de segundo orden tienen entonces una necesidad de acreditación que las hace “tocar la puerta” de estos sistemas fraudulentos. Pero también es cierto que estos sistemas constantemente envían correos a los editores para ofrecer sus servicios de evaluación. Lo que nos hace pensar en que realmente representan una amenaza para las publicaciones científicas.
R- Es cierto, y lo más preocupante es que en realidad tampoco se diferencian de prácticas de editoriales como Elsevier, la cual te incluye en su base de datos Scopus si la Revista decide contratar los servicios edioriales de Elsevier. Algo muy criticado y que pone en duda el simple valor de estar en Scopus.
Por otra parte es triste pensar que los pocos recursos que tienen las revistas científicas se pueden desperdiciar en pagar a estos productos fraudulentos.
H- Recientemente se publicó un artículo (‘Predatory’ open access: a longitudinal study of article volumes and market characteristics. Cenyu Shen and Bo-Christer Björk. BMC Medicine 2015, 13:230 doi: 10.1186/s12916-015-0469-2) en el que se mostraba el aumento de la publicación de artículos en las revistas depredadoras. Esto es preocupante en la medida en que, si bien a las revistas de segundo orden les llegan pocos artículos de calidad, pues ahora sí que menos, porque gran parte de los investigadores terminan finalmente enviando sus trabajos a las depredadoras, también presionados por sus centros de investigación o instituciones que exigen que las publicaciones deban ser enviadas a revistas internacionales.
R- Además es una tacha importante en el currículo de sus autores. El prestigio es uno de los principales motores que mueven a los investigadores a investigar y hacer públicos sus resultados, y publicar en estas revistas es una mancha. Esto deja entrever que por una parte los autores tienen un gran desconocimiento del sistema de comunicación científica y por otra parte que administran mal los recursos que les han asignado.
H- Frente a este panorama en donde existen editoriales, revistas, sistemas de evaluación Predatory y, al mismo tiempo la imposibilidad de ingresar a los sistemas de Thomson Reuters o Elsevier, ¿cuál puede ser el futuro de las revistas de segundo de orden que esperan ser evaluadas con criterios serios y transparentes? ¿Cuáles serían esos criterios?
R- De criterios de evaluación formales se ha hablado mucho y de la ausencia de productos que miden las métricas de las revistas, pero ese no es el problema de fondo. En España, Emilio Delgado fue un pionero en este tipo de trabajos hace ya casi dos décadas, sus investigaciones y productos ayudaron a mejorar significativamente las revistas españolas. Actualmente existen muchos productos como Latindex, DOAJ, SciELO, que realizan un análisis formal de cumplimientos. Aunque una cosa es enunciar criterios de calidad y otra muy distinta es llevarlos a cabo. Tenemos que dar un salto adelante, ya hemos pasado la fase de los criterios.
Pero el problema de base es la creación de las revistas. Para que una revista se cree de una forma óptima se necesita de tres ingredientes básicos.
- Una comunidad científica local que destaque por su producción e impacto en el área sobre la que verse la revista. ¿Qué sentido tiene que en España se cree una revista de enfermedades tropicales si es una especialidad sobre la que no tendremos más de dos docenas de investigadores?
- Una institución de solvencia científica y económica que respalde y garantice la profesionalización de servicios edioriales y marketing de las revistas. De la misma forma se encargue de auditar los procesos y formar al personal dedicado.
- Un staff formado por profesionales de prestigio internacional en el área con dedicación.
Si a esto le añadimos que la revista trate sobre una temática novedosa, sólida y con una gran producción, pues mejor. Lo que no podemos esperar que, en una región sin tradición científica, una revista se sitúe más lejos que sus investigadores. En las áreas científicas en las que la comunidad iberoamericana está participando a nivel internacional, en esas mismas áreas existen revistas iberoamericanas de impacto internacional. Las revistas son espejos de las comunidades científicas a las que representan.
H- ¿Qué otro tipo de amenazas consideras que deben afrontar los editores de estas revistas de segundo orden? ¿Cómo pueden los editores evitar caer en estas trampas?
R- Para evitar esto se necesita formación, auditoría. El drama de las revistas iberoamericanas es que están desamparadas por las autoridades. Los ministros de educación están exigiendo a las universidades que estén en los rankings internacionales y que sus profesores publiquen en las mejores revistas, pero, ¿qué proponen hacer con sus revistas?
¿Qué ayudas tienen las revistas iberoamericanas que ya se posicionan en índices internacionales? ¿Qué beneficios tiene un editor que está al cargo de una revista de la editorial de su universidad? ¿Qué ayudas? En la mayoría de los casos ninguna. Las revistas iberoamericanas se sostienen sobre las fuertes espaldas de sus editores y miembros.
En la batalla de Trafalgar contra Nelson y su armada, que significó el fin del predominio español en el mar, los capitanes de los barcos españoles (muchos eran respetables científicos como Churruca o Alcalá Galiano), hicieron una colecta para arreglar y adecentar las naves antes de la batalla ante la falta de recursos con los que se les había dotado. Por no hablar de la falta de marinería profesional que obligó a embarcar a la fuerza a muchos vecinos de Cádiz. La situación en las revistas es parecida, pocos medios, lo único que lo salva es la voluntad y el trabajo de tantos editores anónimos que dedican incluso recursos propios a las revistas.
A día de hoy, en el panorama iberoamericano, que indexen tu revista en Web of Science puede ser como tener un elefante blanco, un gran honor que sin ayuda va a mermar los recursos personales del staff para poder alimentar a una revista que cada vez exige más dedicación.
H- Quisiera hacerte unas preguntas finales: En tu artículo señalas que Jeffrey Beall ofrece un listado de 36 páginas fraudulentas que ofrecen métricas a las revistas. Personalmente considero que el trabajo de Beall puede ser interesante, pero tal vez podría ser contraproducente en la medida en que también puede cometer errores al incluir en sus listados revistas, editoriales o Meta-publishers que cumplen parámetros distintos o que realizan un trabajo bien intencionado pero por falta de recursos o por cualquier otra razón no logran cumplir a cabalidad sus criterios de calidad. Esto lo digo porque creo que fue desafortunado el artículo en el que Beall compara a SciELO y a Redalyc con una favela. ¿Qué opinión tienes al respecto? ¿Cómo te parecieron las respuestas de la comunidad frente a esta comparación que hace Beall? y ¿cómo evitar que estas listas se conviertan en un instrumento macartista de caza de brujas?
R- Jeffrey Beall demostró con esos comentarios un gran desconocimiento sobre la universidad iberoamericana, y más concretamente sobre SciELO y REDALYC en un claro ejemplo de etnocentrismo anglosajón. Estas dos bases de datos han mejorado la calidad de cientos de revistas de la región, y a un buen ritmo están empezando a situar las revistas y los autores de la región en el panorama internacional. Sólo hay que ver los artículos de estas mismas revistas antes y en la actualidad. La mejora es espectacular. El hecho es que estas bases de datos están constantemente evolucionando, pero de la mano de las revistas y la academia iberoamericana.
Una revista Predator es aquella que, bajo el paraguas de una editorial científica o asociación de dudoso origen, trata de beneficiarse de los autores cobrándoles por unos procesos editoriales que sólo se llevan a cabo de forma aparente, pero obvian aspectos fundamentales como es el Peer Review.
Las revistas latinoamericanas no pretenden lucrarse con el trabajo de nadie, todo lo contrario, son de una generosidad desmedida. La gran mayoría, sin recursos ofrecen sus trabajos en abierto. Un gran número son editadas por universidades y su objetivo no es otro que el de aportar a la comunidad medios de comunicación científica, y por supuesto, realizan procesos evaluativos serios, o no estarían en SciELO ni REDALYC.
Ahora bien, si queremos estar en un sistema científico que es anglosajón en origen, debemos tratar de comprender el trasfondo de todas estas críticas y ejercer la autocrítica. Esto que tienen que ver con la baja profesionalización del sistema de edición científica. Por ejemplo, el uso masivo de OJS, en muchos casos sin adaptar provoca una sensación de edición amateur. Mientras que las grandes editoriales utilizan software de gestión de contenidos 2.0, en Iberoamérica, por las carencias del sistema, utilizamos este sistema, que tiene muchas virtudes, pero que es comparativamente estático, propio de la web 1.0. Las grandes editoriales usan sistemas más dinámicos, es decir, invierten para que la obsolescencia no les pase factura.
Heiner Mercado Percia. Colaborador del blog Journals & Authors, Club de editores. Profesor de la Universidad EAFIT. Coordinador editorial de la revista Co-herencia de la Escuela de Humanides de la misma universidad. Twitter: @heinermercado