La batalla por el Acceso Abierto
- On noviembre 18, 2015
- acceso abierto, Edición de revistas, editor científico, open access, predatory scholarly open-access publishers, Redes sociales, revistas académicas
Dos eventos deben llamar nuestra atención relacionados con el Open Access. El primero tiene que ver con la renuncia de los miembros del comité editorial de la revista de Lingüística, Lingua, como expresión de protesta contra Elsevier por su agresiva política de precios y por negar la posibilidad de ofrecer acceso libre a las ediciones. El segundo evento tiene que ver con el uso de una etiqueta (hashtag) en Twitter por parte de investigadores y académicos, para compartir artículos protegidos por leyes de Copyright.
Seis editores y treinta y un miembros del comité editorial de la revista Lingua renunciaron como forma de protesta a la negativa de Elsevier de convertirla en acceso abierto (AA). En lugar de trabajar para Elsevier estos expertos crearán una revista propia, llamada Glossa, que comenzará a publicarse el próximo año y será totalmente AA.
La noticia ha generado tantas reacciones en la prensa (ver artículo completo aquí) y en redes sociales que obligaron a Elsevier a publicar un comunicado (ver texto completo) en el que el Vicepresidente y Director de Relaciones Corporativas Globales, Tom Reller, defiende su compañía señalando que son “el tercer mayor editor de acceso abierto del mundo” y se encuentran “totalmente comprometidos con la publicación de acceso abierto”.
Por otro lado, comienza a moverse fuertemente en Twitter un hashtag que científicos de todo el mundo están usando, junto con su correo electrónico, para que conseguir artículos sin tener que pagar un solo dólar. La utilización de las redes sociales para compartir -o piratear- contenidos académicos protegidos es definida como un acto de “desobediencia civil”. Llama la atención que cada hora se publica en Twitter por lo menos un mensaje con la susodicha etiqueta, lo cual pone en evidencia que cada vez menos personas están dispuestas a pagar US$30 o más dólares por tener acceso a un artículo de una revista Elsevier, Wiley, Springer o Scopus.
Al parecer, los controles de estas editoriales para proteger sus contenidos no son muy eficaces y cada vez les será más difícil evitar que se sigan compartiendo artículos entre investigadores que poco o nada les importará violar leyes de derechos de autor y copyright, si aún se impide el acceso libre a artículos publicados desde hace diez o más años, muchos de ellos han recibido y siguen recibiendo un número significativo de citaciones, lo que implica que ya las editoriales han recibido mucho dinero por ellos.
Facebook es otra red social utilizada sin ningún pudor para compartir material académico protegido. Se pueden encontrar un sinnúmero de usuarios que crean grupos para publicar mensajes con direcciones de carpetas públicas en Dropbox u otros sistemas de almacenamiento en la nube y compartir toda clase de libros y artículos con copyright.
Recordemos que hace unos dos años Elsevier obligó la eliminación de artículos en versiones pre-print y post-print que habían sido publicados por los propios autores en sus cuentas personales de ResearchGate, Academia y sitios Web. Ante esta situación, muchos autores finalmente fueron conscientes sobre las consecuencias de los acuerdos que habían suscrito con estas revistas y muy probablemente de ahí en adelante prefirieron las revistas AA para publicar sus artículos (aquí puede ver reacciones de la cacería emprendida por Elsevier).
El negocio de las grandes casas editoriales no está exento de tensiones y contradicciones que se tradujeron, en el caso de la revista Lingua, en una renuncia masiva de sus editores y, en el caso de muchos investigadores, en organizar toda una desobediencia civil de incumplimiento deliberado de las leyes de copyright. En medio de esta “batalla por el acceso abierto” las revistas latinoamericanas, que en su gran mayoría son AA, tendrían la oportunidad de atraer expertos descontentos con el tratamiento de editoriales como Elsevier para que hagan parte de sus comités editoriales y, por otro lado, tengan una presencia fuerte en unas redes sociales que hoy se han convertido para los investigadores en verdaderos lugares de interacción e intercambio masivo de información y contenidos científicos. Claro está que esto se logra siempre y cuando las instituciones académicas responsables le den un apoyo mucho mayor a sus revistas y valoren realmente el trabajo de los editores quienes deberán también mejorar y profesionalizar su labor editorial.
Heiner Mercado Percia. Colaborador del blog Journals & Authors, Club de editores. Profesor de la Universidad EAFIT. Coordinador editorial de la revista Co-herencia de la Escuela de Humanidades de la misma universidad. Twitter: @heinermercado