La definición de la autoría y la propuesta de una taxonomía de roles CRediT
- On marzo 30, 2021
- Autoría, calidad editorial, Edición de revistas, editor científico, Evaluación de revistas
La Guía de evaluación de la séptima convocatoria de evaluación de la calidad editorial y científica de las revistas científicas españolas, publicada el 18 de diciembre de 2020 por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), determinó que uno de los aspectos que evaluará en su primera fase[1] versará sobre la contribución y el orden de aparición de los autores que firman los artículos. El indicador número 18 dice lo siguiente:
Información sobre la contribución específica de cada uno de los/as autores/as a los artículos publicados. La revista deberá tener una política editorial concreta y pública que obligue a los/as autores/as a informar sobre el criterio escogido para decidir el orden de firma y sobre la contribución específica realizada por cada uno/a de ellos/as a los trabajos publicados (p. 8)[2].
En Colombia Publindex no hace esta exigencia, pero creo que sería interesante comenzar a tenerla en cuenta dentro de las prácticas editoriales de nuestras revistas, pues ningún editor ha escapado a problemas relacionados con la definición y el orden de aparición de los autores durante la publicación. Según un reporte de COPE de 2003, las personas generalmente mienten sobre la autoría de dos maneras: la primera, anotando los nombres de las personas que participaron poco o nada en la investigación (autoría de regalo) y, la segunda, omitiendo los nombres de aquellas que sí participaron sustancialmente (autoría fantasma). Estas dos malas prácticas son bastante difíciles de identificar en las primeras etapas de la gestión editorial, máxime si no se tienen relaciones de confianza entre editores y autores. Estar atento a este aspecto implica sostener una especie de vigilancia sobre la información que suministra el autor de correspondencia[3], por lo que es importante que en las normas para autores y en la política editorial quede claro que la revista acoge algún tipo de criterios para establecer claramente la autoría de los manuscritos como el que propone el International Committee of Medical Journal Editors (ICMJE).
Este protocolo o guía consta de cuatro criterios que deben cumplirse completamente de manera obligatoria por todos los autores que firman un manuscrito:
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Contribución sustancial a la concepción o el diseño del trabajo; o a la adquisición, el análisis o la interpretación de datos para el trabajo; Y
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La redacción del manuscrito o la revisión crítica del mismo en cuanto a su contenido intelectual importante; Y
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Aprobación final de la versión que se publicará; Y
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Aceptación de ser responsable de todos los aspectos del manuscrito para garantizar que se investiguen y resuelvan adecuadamente las cuestiones relacionadas con la exactitud o la integridad de cualquier parte del trabajo[4]
Estos criterios tienen como objetivo: 1) establecer el crédito y la responsabilidad de cada uno de los firmantes de un manuscrito, 2) reconocer a aquellos que no los cumplen, como personal administrativo, financiadores, traductores, técnicos de laboratorio, digitadores, etc. (La sección de Agradecimientos o de Financiación debe incluir este tipo de información) y 3) brindar a aquellas personas, que solo cumplan con el primer criterio, la oportunidad a participar en la revisión, redacción y aprobación final del manuscrito.
En un informe realizado conjuntamente en 2018 entre COPE y Springer Nature, la manipulación sistemática del proceso de publicación se traduce generalmente en fraudes en el proceso de revisión por pares, la venta de autoría o venta de manuscritos y la sustitución de manuscritos. En dicho informe, la venta de autoría es graficada de la siguiente manera:
Suele ocurrir que nuevos autores se incluyan o se sustituyan en etapas posteriores a la revisión y aceptación de los manuscritos. La inclusión de nuevas firmas en etapas posteriores a la revisión por pares es justificada por los autores corresponsables como una necesidad de reconocer a personas que contribuyeron de alguna manera en la nuevas versiones de los manuscritos o como errores involuntarios que se producen, no pocas veces, por desconocer la forma de agregar el resto de autores durante el procedimiento de envío a través de gestores como el Open Journals Systems (OJS). Sin embargo, esta última “justificación” no es excusa para informar oportunamente la real composición del equipo de autores que son responsables del manuscrito. En caso de desconocimiento sobre cómo incluir más de un autor en el sistema, el autor corresponsal debe suministrar al editor, desde cualquier otro medio como la carta de presentación de artículos[5], información clara y precisa sobre el número de autores responsables del manuscrito, su filiación institucional, correo electrónico, ORCID, y demás información académica de interés.
Otras malas prácticas de autoría y sus soluciones pueden verse en esta tabla propuesta por McNutt et al (2018):
Ahora bien, en qué orden deben firmar los autores es un tema que puede ser profundizado a través de este artículo de Rafael Repiso publicado el año pasado en el blog de la Revista Comunicar . Quiero más bien mostrar, en relación con este nuevo indicador de FECYT, una propuesta de Brand et al. (2015) para exponer más claramente la contribución de cada uno de los firmantes de un manuscrito dado que los modelos convencionales de autoría, que se definen tradicionalmente por orden alfabético o según el rol que cada uno de los autores ha desempeñado, se vuelven problemáticos a medida que aumenta el número de autores y las relaciones entre ellos se tornan cada vez más complejas.
Brand et al. (2015), siguen la propuesta de Rennie, Yank, y Emanuel (1997) de abandonar la noción de autor y, más bien, utilizar una más realista como la de colaborador (contributor). Esto implica que sea necesario dar a conocer a los lectores las contribuciones hechas por los colaboradores a la investigación y al manuscrito, para que pueda atribuirse de manera adecuada tanto el crédito como la responsabilidad. En consecuencia, consideran que se debe contar con un mejor sistema para representar la colaboración, similar a la de los créditos cinematográficos. Tal propuesta se denomina CRediT, que consiste en una taxonomía valida para varios campos científicos para describir los roles desempeñados por TODOS los autores. Aunque se han presentado varios modelos de clasificación, Brand et al. (2015) proponen este compuesto por 14 criterios que ya ha sido desarrollado y evaluado de forma colaborativa en talleres realizados desde 2012, y aplicado actualmente en editoriales como Elsevier y eLife.
Taxonomía CRediT
La taxonomía CRediT, que proporciona una clasificación detallada sobre las diversas funciones desempeñadas en el trabajo que da lugar a un resultado de investigación publicado, ofrece transparencia en las contribuciones a los trabajos publicados y permite la mejora de los sistemas de atribución, crédito y responsabilidad (Brand et al. 2015):
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Conceptualización: Formulación de los objetivos y metas generales de la investigación.
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Metodología: Desarrollo o diseño de metodología; creación de modelos
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Software: Programación, desarrollo de software; diseño de programas informáticos; implementación del código informático y algoritmos de apoyo; prueba de componentes de código existentes
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Validación: Verificación, ya sea como parte de la actividad o por separado, de la replicación / reproducibilidad de los resultados / experimentos y otros productos de la investigación.
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Análisis formal: Aplicación de técnicas estadísticas, matemáticas, computacionales u otras técnicas formales para analizar o sintetizar los datos del estudio.
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Investigación: Llevar a cabo una investigación y un proceso de investigación, específicamente realizar los experimentos o la recopilación de datos / evidencia
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Recursos: Suministro de materiales de estudio, reactivos, materiales, pacientes, muestras de laboratorio, animales, instrumentación, recursos informáticos u otras herramientas de análisis.
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Curación de datos: Actividades de gestión para anotar (producir metadatos), depurar datos y mantener datos de investigación (incluido el código de software, cuando sea necesario para interpretar los datos en sí) para uso inicial y reutilización posterior.
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Escritura – Borrador original: Preparación, creación y / o presentación del trabajo publicado, redactando específicamente el borrador inicial (incluida la traducción sustantiva)
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Escritura – revisión y edición: Preparación, creación y / o presentación del trabajo publicado por aquellos del grupo de investigación original, específicamente revisión crítica, comentario o revisión, incluidas las etapas previas o posteriores a la publicación.
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Visualización: Preparación, creación y / o presentación del trabajo publicado, específicamente visualización / presentación de datos
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Supervisión: Responsabilidad de supervisión y liderazgo para la planificación y ejecución de la actividad de investigación, incluida la tutoría externa al equipo central
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Administración del proyecto: Responsabilidad de gestión y coordinación de la planificación y ejecución de la actividad investigadora.
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Adquisición de fondos: Adquisición del apoyo financiero para el proyecto que dio lugar a esta publicación.
Una vez conocida esta taxonomía CRediT, el reto está en implementarla. Obligar a los autores corresponsales para que informen de manera adecuada los roles de cada uno de los firmantes del manuscrito y adaptar los sistemas de gestión editorial para que esté disponible esta información para los lectores dará más transparencia al proceso de publicación y hará que los investigadores decidan con antelación quién, qué y cuándo realiza actividades relacionadas con la investigación y evitar así dificultades que surgen frecuentemente debido a errores, falsas expectativas y mala comunicación.
Notas
*Imagen tomada de Pixabay
[1] La evaluación consta de dos fases: la primera consta de 20 indicadores relacionados con la calidad editorial y científica como, por ejemplo, la identificación de los miembros del consejo de redacción, la existencia de instrucción a los autores, la traducción de los títulos, resúmenes y palabras clave, la existencia de arbitraje externo, entre otros) La segunda fase es una evaluación por áreas de conocimiento con dos indicadores: orientación de la revista en donde se verifica el contenido científico de la publicación y estructura de la revista y de los artículos de investigación (p. 10).
[2] El resaltado es mío.
[3] El autor de correspondencia es el responsable del envío del manuscrito y la comunicación con la revista durante el proceso de editorial (envío, revisión y publicación). Esto implica que también sea el responsable de suministrar a la revista información precisa sobre la autoría. Como afirma el ICMJE: “No es el papel de los editores de revistas determinar quién califica o no para la autoría o arbitrar los conflictos de autoría”.
[4] Actualmente el ICMJE define un criterio adicional. En la versión de 2001 establecía solo los criterios 1, 2 y 3 La adquisición de financiación, recopilación de datos o supervisión general del grupo de investigación no justificaban la autoría.
[5] Un ejemplo de carta de presentación puede consultarse la propuesta por Amor Pérez-Rodríguez en el blog de la Revista Comunicar y en Springer
Referencias
Brand, A., Allen, L., Altman, M., Hlava, M. y Scott, J. (2015). Beyond authorship: attribution, contribution, collaboration, and credit. Learned Publishing, 28(2). 151-155. https://doi.org/10.1087/20150211
FECYT (2020). Guía de evaluación de la séptima convocatoria de evaluación de la calidad editorial y científica de las revistas científicas españolas. Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. https://www.fecyt.es/es/noticia/vii-convocatoria
McNutt et al. (2018). Transparency in authors’ contributions and responsibilities to promote integrity in scientific publication. PNAS, 115(11), 2557–2560. https://doi.org/10.1073/pnas.1715374115
Rennie, D., Yank, V., y Emanuel, L. (1997). When authorship fails. A proposal to make contributors accountable. JAMA, 278(7): 579–585. http://dx.doi.org/10.1001/jama.1997.03550070071041
Heiner Mercado Percia. Coordinador editorial de la revista Co-herencia de la Universidad EAFIT y editor del blog de Journals & Authors. @heinermercado
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