¿Para qué seguir publicando revistas?
- On agosto 31, 2022
- Edición de revistas, editor científico, Evaluación de revistas, revistas académicas, revistas científicas
El panorama de las revistas científicas en Colombia es bastante paradójico. Por un lado, hay avances significativos en temas como la profesionalización de los editores que ha impulsado Minciencias con el Currículo del editor, o también desde las mismas instituciones por medio de iniciativas propias; la implementación de nuevas herramientas tecnológicas como, por ejemplo, el Open Journal Systems, el DOI, el ORCID, el software antiplagio, etc., que han mejorado la calidad y agilidad en los procesos de publicación; la indexación en Web of Science (WOS), Scopus y otras bases de calidad e interés científico, que, a pesar de ser paulatina, ha mejorado la visibilidad de las revistas. Por otro lado, el número de revistas que se presentan en las convocatorias de evaluación tiende a descender (573 revistas en 2019, 552 en 2020 y 520 en 2021), lo que podría estar indicando un lento pero sostenido cese de la edición. Hay que añadir que el número de revistas que se mantienen o descendieron en 2021 a la categoría en “C” fue de 149 revistas, mientras que en 2020 fue de 134. Esto último también podría estar desmotivando la publicación de revistas que no han podido superar viejos escollos.
No cabe duda de que la pandemia y las dificultades económicas de muchas universidades han afectado la financiación de las revistas. Podría sumarse a esto, el hecho de que se ha comenzado a diluir el sentido de seguir apoyando a las revistas por cuenta de la “satanización” de la endogamia, la inutilidad que representan a la hora de presentarlas en procesos de acreditación, políticas o decisiones que motivan u obligan a los investigadores a publicar en revistas extranjeras de alto impacto, la priorización en el gasto para pagos de APC frente a los costos de pago de personal y producción editorial (maquetación, corrección, formatos en XML, sostenimiento del OJS, etc.).
En un estudio publicado recientemente en la revista Learned Publishing, para saber cuál era la causa del cierre de revistas australianas de varias disciplinas, se encuestó a 53 editores de las 140 revistas que cesaron desde 2011 hasta mediados de 2021. Destaco aquí solo una parte de los resultados que muestran, en primer lugar, que los problemas de viabilidad financiera era una razón importante para la interrupción; en segundo lugar, la falta de apoyo de los propietarios de las revistas y, en tercer lugar, la falta de envíos de calidad. El apoyo que reciben muchas revistas proviene de personas con muy buenas intenciones y deseos de hacer un buen trabajo, pero que pueden dejar de hacerlo en cualquier momento, así como también de cierta discrecionalidad de una facultad, grupo, o universidad que no está acompañada de una política clara que garantice la sostenibilidad en el tiempo por no tener modelos de negocio definidos (Jamali, Wakeling y Abbasi, 2022).
En nuestro contexto, el apoyo a una revista comienza a temblar cuando surgen preguntas como ¿para qué seguir publicando una revista en donde los investigadores de la misma institución no pueden, no quieren o no desean publicar? ¿Para qué seguir publicando una revista que no suma a ningún proceso de evaluación de calidad de una institución, programa académico o grupo de investigación? ¿Para qué seguir apoyando una revista que no se ha podido indexar en Scopus o WOS? ¿Para qué financiar una revista así, si podemos usar ese dinero para otras cosas?
Estas preguntas caen como “baldados de agua fría” en editores que han asumido de manera inercial su labor y en aquellos que siempre partieron de la base de que la edición de revistas era algo inherente al quehacer universitario, tan propio como dictar clases o investigar. Unos y otros no siempre saben cómo enfrentar los efectos del desdén que se padecen cuando se intenta hacer una defensa de la necesidad y la importancia de seguir publicando revistas científicas ante las directivas de la institución.
En una segunda entrega de esta reflexión intentaré tener respuestas a la pregunta, no sin antes tener en cuenta opiniones de los lectores de este blog.
Referencias
Jamali, H., Wakeling, S. y Abbasi, A. (2022). Scholarly journal publishing in Australia. Learned Publishing, 35(2), pp. 198-208. https://doi.org/10.1002/leap.1448
Heiner Mercado Percia, editor del blog de Journals & Authors. @heinermercado
https://jasolutions.com.co/altmetrics/el-ir-y-venir-de-las-revistas-cientificas-de-ciencias-de-la-salud-en-colombia/