Pautas para la redacción de un abstract
- On agosto 13, 2021
- calidad editorial, Infografía
Hace muchos años la mayoría de los artículos no ofrecían resúmenes o abstracts. Solo hasta los años 60 comenzaron a incluirse en los artículos de investigación médica y, en 1987, se inicia el uso de los resúmenes estructurados con subapartados de las secciones (Swales, p. 1, 2012).
El abstract es una de las partes más importantes de un artículo, pues, en primer lugar, ofrece una síntesis del tema, la metodología y las principales conclusiones de un estudio. En segundo lugar, es un dispositivo de selección que ayuda a los lectores a decidir si desean leer el artículo completo o no pues, a menudo, los lectores se remiten a esta sección para determinar si el texto será relevante para su propia investigación o una simple documentación acerca del tema de su interés. En tercer lugar, ofrece una hoja de ruta para la lectura del artículo completo dándole una idea al lector sobre el estudio que se dispone a leer. Por último, ayuda los redactores y editores en la selección de los artículos que deben pasar a las siguientes etapas de la gestión editorial y a los encargados de los procesos de indexación.
En algunas revistas utilizan convenciones especiales y suelen ser elaborados por editores profesionales de resúmenes, pero comúnmente, el abstract contiene entre 100 a 250 palabras y dependiendo de la revista en que será publicado su documento, podrá o no tener más de un párrafo en caso de que desee estructurarlo para resumir las diferentes partes de su manuscrito con mayor claridad.
Ahora bien, si hablamos de estructuración, el abstract puede incluir 4 partes principales —o menos— del documento que son la introducción, metodología, resultados y discusión, pero depende tanto del área del documento, como del autor la parte a la que se le prestará mayor atención dentro del abstract, es decir la parte a la que se dará más énfasis ya sea debido a su extensión dentro del documento o simplemente a su relevancia para el investigador.
Aspectos lingüísticos del abstract
Con respecto a la parte lingüística por la que se guían los autores a la hora de redactar el abstract, al contrario de lo dicho por Graetz (1985) esta sección no es escrita exclusivamente en pasado simple y voz pasiva, pues esto depende del área de investigación y de la sección del abstract, para ser más específicos, de hecho, el presente simple es el más comúnmente utilizado para la redacción de este segmento. De forma similar, la voz pasiva es utilizada en menor medida que la voz activa, pues a menudo es empleada para describir el procedimiento del estudio.
Por otra parte, existen algunos elementos lingüísticos que caracterizan el abstract, estos son la información presentada y prometida, y el uso de verbos modales y evasiones. En relación con el primer elemento, se utilizan oraciones introductorias a los resultados que pueden aún estar en curso a la hora de escribir el abstract, por lo tanto, se hace referencia a «los resultados preliminares», «los primeros resultados», o «algunos resultados», es aconsejable que en este caso se utilicen conectores de hipótesis y aclaración, pues se expondrán resultados parciales que pueden ser diferentes al finalizar la investigación; algunos ejemplos pueden ser «es posible que», «posiblemente», «es necesario recalcar», «los anteriores conceptos se esclarecerán en lo que sigue» y «todo esto parece confirmar». Teniendo en cuenta que el abstract normalmente se redacta en inglés, algunos equivalentes para los conectores anteriormente mencionados pueden ser “apparently”, “admittedly”, “it should be noted”, “all this seems to confirm that”.
En cuanto al segundo elemento, el autor puede incluir verbos modales y evasiones para presentar sus resultados, pues contempla las numerosas posibilidades que pueden afectarlos y, por tanto, muestra inseguridad frente a lo expuesto en el abstract, algunas expresiones que pueden utilizarse son «podría ser», «sugiere la posibilidad», «parece ser». No obstante, si el autor cuenta con datos concretos y confía en lo planteado dentro de los resultados puede utilizar verbos y expresiones más contundentes como «esto demuestra», «determina», “argue”, “show”, “demonstrate”.
Para concluir, es pertinente señalar que el estilo de cada autor es diferente, por ello, el lenguaje que emplee para realizar el resumen o abstract de su documento puede diferir en gran medida del expuesto anteriormente y es por esto también que se encuentran tantas divergencias entre los documentos que han sido parte de estudios como el que fue tomado como base para este artículo; sin embargo, es gracias a esta variedad de estilos que existen más libertades para que los nuevos autores publiquen sus obras con su propio estilo, en lugar de guiarse únicamente por las normas de las revistas y editoriales. No está de más que, en caso de que se tengan dificultades, los autores soliciten la ayuda de un corrector profesional que revise la calidad de la redacción tanto en español como en inglés de sus resúmenes ya que, como vimos al principio, los editores de revistas científicas tienen en cuenta esta parte de los artículos para tomar decisiones editoriales.
Referencias
Ellis, M. (2021). How to Write an Abstract for Your Paper. Grammarlyblog. https://www.grammarly.com/blog/write-an-abstract/
García-Calvo, J. (1999). Un estudio comparativo de abstracts para eventos científicos en inglés y español. D.E.L.T.A, 15(2), 269-288. https://doi.org/10.1590/S0102-44501999000200002
Swales, J. y Feak, C. (2012). Abstracts and the Writing of Abstracts. The University of Michigan Press.
Paula Alejandra Bonilla Maradey, estudiante de Lenguas Modernas de la Universidad Ean y practicante del departamento de idiomas de Journals & Authors.